domingo, 21 de junio de 2015

Santurio del Señor de Chalma

"Santuario del Señor de Chalma"



Este es uno de los templos más concurridos del país, pues goza de gran fama entre los devotos de la imagen del Santo Señor de Chalma que allí se venera y de la que se dice es muy milagrosa.
El santuario fue fundado en el siglo XVI como respuesta de las autoridades religiosas a los actos de los indígenas que adoraban a una deidad en las cuevas aledañas. El actual templo se concluyó en 1683 debido a la iniciativa de fray Diego de Velázquez, aunque al paso de los años su arquitectura ha sido modificada.
Enclavado en una hermosa cañada, es uno de los centros religiosos más visitados de México por la infinidad de milagros que se le atribuyen a la imagen de Cristo crucificado conocida como “El Señor de Chalma”.

El Santuario comprende la iglesia 
que alberga al “Señor de Chalma”, un convento, la cueva de la aparición, dos hospederías para peregrinos y a un costado del río, la plaza del danzante y una pequeña capilla abierta. La iglesia tiene una enorme fachada Neoclásica; el altar mayor es Plateresco, pero con adornos que recuerdan el estilo Barroco. En el centro del altar hay un camarín cerrado que guarda la hermosa figura del “Señor de Chalma”, la escultura de San Miguel Arcángel y una pieza muy bella con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Visita: Todos los días de 6:00 a 21:00 hrs.
Ubicación 

Se localiza en la población de Chalma, 11 km al este de Malinalco por una carretera estatal s/n.

"El ahuehuete de Chalma"




Antes de visitar el Santuario uno debe bañarse en el manantial, y a los que llegan por primera vez se les hace una corona de flores de nardo, crisantemos, buganvilia o clavel, para que se pongan a bailar y luego esta corona la depositan en el santuario como ofrenda.

LA DANZA O BAILE


Hay músicos que acompañan el ritual por un pequeño donativo, y se danza como se puede a manera de agradecimiento por poder ir a conocer al Señor de Chalma. Danzar es sembrar conciencia, un trabajo interno de carácter espiritual que nos enfrenta a nuestras propias limitaciones, los chamanes de comunidades no occidentales entran en estados alterados de conciencia mediante música, baile y otros métodos, aquí la danza la ejecutan todos, idealmente para entrar en “trance”, aunque la mayoría no lo logra, porque no sabe para qué sirve el baile, eso ya se volvió superstición, debido a que se ha perdido el significado de los rituales. 
 Después del baile, se puede descansar junto al río, como se acostumbra después del largo camino hasta este místico y concurrido lugar de peregrinaje. 

“NI YENDO A BAILAR A CHALMA”


Al bailar y entrar en estados alterados de conciencia (trances o nivel alfa, como le quieran llamar) se hace la petición y la mente está en comunicación (sintonía) con fuerzas superiores y muchas veces se concede el deseo ¿la mente? ¿seres de otra dimensión concediendo deseos? ¿milagros? Sea lo que sea, se conceden muchas peticiones, si no, ya no seguirían peregrinando y sufriendo tantas inclemencias para nada, además muchos peregrinos van después de que se les ha concedido su deseo.  El dicho popular “Ni yendo a bailar a Chalma” (atribuido a las causas imposibles), proviene de que al ir a bailar a Chalma se consiguen muchas cosas, pero el dicho se utiliza para hacer hincapié de que algunas son tan imposibles que ni así podrían lograrse. 

EL RITUAL


Una vez bañado, coronado y bailado el peregrino recorre los seis kilómetros que separan al Ahuehuete del centro de Chalma, caminando hasta el santuario por la pendiente, que consiste en un túnel formado por lonas de puestos que flanquean el camino, donde se venden rosarios, talismanes, milagros, crucifijos, palanquetas, alegrías, dulces típicos, antojitos de todo tipo, refrescos, pulque, y todo lo que se nos ocurra, todo esto entre una atmósfera de humo de inciensos y una tenue iluminación policroma, según el color de cada lona.
 Finalmente saliendo del túnel puede apreciarse el cielo azul desde el atrio del santuario donde se encuentra una fuente de cantera.

 LAS CUEVAS


Cerca se encuentran las tres pequeñas cuevas de la población, ahora dedicadas al Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero anteriormente consagradas a Oxtotéotl, Tezcatlipoca y Tlazoltéotl, diosa del amor carnal y comedora de inmundicias (así la denominaron los españoles, lo que esta diosa hacía era escuchar las confesiones de los pecadores, lo cual haría a los curas católicos también “comedores de inmundicias”).
 En la cueva de en medio se “encontraron” los frailes el crucifijo, a quien se puede visitar dentro de la iglesia de enorme fachada neoclásica, preferentemente durante la misa, pero antes se debe dejar la corona de flores como ofrenda.

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